28 de julio de 2008

El cuarto de siglo


Algunos cumpleaños

3 años: Llevaba una camiseta de rayas rojas y blancas de gondolero veneciano y me la manché con la tarta de chocolate. La mancha no salió jamás.

6 años: Me hice una brecha en la rodilla y mi madre me persiguió por el Club Náutico con un algodón en una mano y un bote de alcohol en la otra. Nunca llegó a desinfectarme la herida; hoy todavía tengo la cicatriz.

7 años: Mis padres me llevaron al Tívoli, en Málaga. Recuerdo el carrusel de la puerta, que años más tarde volví a ver en la película Torremolinos 73. En el auditorio del parque de atracciones, actuó María del Monte.

12 años: En la fiesta de mi casa, por la noche, mi padre compró el plato que me resultaba por aquel entonces el más delicioso del mundo: croquetas de freiduría.

15 años: Cumplí en Islantilla la misma edad que Sofía, la protagonista del libro de Jostein Gaarder. Pero yo no recibí ninguna carta misteriosa (pero reconozco que la busqué).

18 años: Bonita celebración a las doce de la noche en Heppenheim, Alemania. El día entero lo pasé viajando solo en tren, camino de Austria, leyendo Tom Sawyer por el camino. El día acabó mientras nadaba en un lago de los Alpes bajo la luz de la luna y la música de una orquesta bávara.

21 años: Fiesta de cumpleaños en el ático de Bojana en Belgrado.

24 años: El día entero en una clase MIR de Endocrinología. Más tarde, doble fiesta: en casa y en la calle.

Hoy cumplo el cuarto de siglo muy satisfecho de todo lo vivido.

26 de julio de 2008

Pequeñas historias del hospital


Paseando por un pasillo de Urgencias a las tantas de la mañana y pensando, en mi propio mundo, en cómo sacar un tornillo del bronquio derecho...

-¿Qué pasa? ¿No me saludas?

Y me di la vuelta, le vi, y después de veinte horas, sonreí.

Foto: Tornillo en bronquio derecho. Imagen irreal trucada con Photoshop basada en recursos de Google.

23 de julio de 2008

San Gonzalo en San Jacinto


He tenido varias veces ese sueño en el que me diagnostican de leucemia. Lo más curioso es que es un sueño por capítulos: cada noche mi historia con la enfermedad avanza un poquito.

El último episodio lo tuve hace unos meses. En él, estoy en la calle San Jacinto con una chica (¿quizás Rocío?), es Lunes Santo y está pasando el misterio de la hermandad de San Gonzalo. Es un poco paradójico soñar con tener leucemia y estar esperando a la Virgen de la Salud.

En esta ocasión no hay conversaciones; tan sólo pienso mientras veo la cofradía. Pienso en que en ese momento estoy experimentando un extraño sentimiento mezcla de fragilidad, incertidumbre y necesidad de disfrutar de una vida cuya duración desconozco.

Foto: Misterio de San Gonzalo en la calle San Jacinto.

20 de julio de 2008

La vida real


-Hola.
-Hola.
-Me das un helado de dos sabores; una bola de "me siento muy realizado con mi vida en general" y la otra de "tengo la sensación de que no estoy satisfecho del todo".
-¿Mediano o grande?
-...grande.

(...)

-Disculpa, esto no es lo que te he pedido.
-Sí, eso es helado de "aquí todos tenemos muchos problemas" y de "déjame tranquilo gilipollas".

13 de julio de 2008

Racha o manía


No estoy seguro porque siempre tengo mucho sueño cuando lo hago, pero supongo que como siempre que me levanto de la cama lo hago por el lado derecho, el primer pie que pongo en el suelo es precisamente ése y quizás por eso la vida me esté sonriendo tanto.

En esta semana, un par de pacientes agradecidos me han dicho que soy muy buen médico; mi adjunta de planta me ha dado la enhorabuena por plantarle cara a un marrón importante; mi residente mayor me ha dicho que tengo mucha soltura con el material quirúrgico; he ido a las rebajas y me he encontrado gangas baratas que además me sientan muy bien (y no lo digo yo); he conseguido aumentar mi fondo físico en el gimnasio.

Incluso ayer, el relaciones públicas de una discoteca me metió por la puerta VIP y sin pagar entrada ni nada, como si fuera uno de esos guaperas que aumentan el caché de un garito.

O esto es una manía en condiciones, o estoy en racha.

9 de julio de 2008

Sí, es un cáncer


Eso sí que no te lo enseña nadie y no viene explicado en ningún libro de Medicina: cómo hablar con los familiares y decirles que tu paciente tiene cáncer; o bien, cómo explicarles que el cáncer se encuentra en fase terminal. Desde luego no es sencillo y ya me ha tocado hacerlo más de un par de veces.

Curiosamente, cuando sientes que es a ti al que le ha tocado la desagradable papeleta de hablar "de lo que hay", parece que todo se aclara en tu cabeza y que sabes qué tienes que decir, cuánto y cómo.

En estos dos meses, he desarrollado una sistemática para dar este tipo de malas noticias que por ahora me ha ido bien, pero que espero mejorar conforme vaya teniendo más experiencia.

En primer lugar, pido a los familiares que se sienten conmigo en algún lugar tranquilo e íntimo, donde no nos vayan a interrumpir. Después, les pregunto qué es lo que saben de la enfermedad de su familiar. Muchas veces esto facilita las cosas porque me responden: "no, si yo ya sé que él está muy mal" o "bueno, en realidad ya nos temíamos que el final iba a llegar tarde o temprano".

Estos comentarios son un paso de aceptación personal del problema y son básicos y fundamentales. Es en este momento cuando muchos familiares comienzan a lamentarse. Se hacen reproches a ellos mismos o al paciente del tipo "si no hubiera fumado tanto... ¡mira que se lo dije!".

Llegados a este punto, suelto un mensaje de esperanza. En realidad, casi siempre digo lo mismo; que en este momento lo fundamental es mirar al futuro, que de nada sirve lamentarse ni recrearse en lo hecho, que dado que es imposible predecir qué va a ser de cada uno de nosotros dentro de una escasa hora, tampoco podemos saber si su familiar estará con nosotros mañana o bien si seguirá con su enfermedad durante mucho tiempo más.

Pero que pase lo que pase, que deposite su confianza en nosotros, porque cada decisión que tomemos será siempre pensando en lo mejor para el propio paciente y que ahora no es el momento de pensar en lo que se ha hecho mal, sino el momento de mirar hacia delante para aprovechar los últimos momentos.

Si cuento esto es para pedir consejo a las personas que alguna vez hayan recibido malas noticias, para que me ayuden a mejorar en mi método. Por supuesto, es un método flexible, que se adapta a cada familiar en función de muchas circustancias y de la personalidad de cada uno.

También lo cuento porque, aunque parezca raro, estoy contento de ser yo el encargado de estar ahí en esos momentos, porque quiero hacerlo bien, porque cada vez estoy más seguro de que yo estaba llamado para asumir una responsabilidad como ésta.

2 de julio de 2008

Messianica (coming soon)


No todos pueden decir que su madre, además de hacer estupendas croquetas de gambas, trabaja como actriz en una serie de ciencia ficción. También son pocos los que tienen una amiga (rocioalma) que, además de saberse de carrerilla los doce pares de nervios craneales, compagina sus estudios con las grabaciones.

La serie se llama Messianica y el primer capítulo se emitirá en muy poco tiempo en Internet. Hoy se han hecho públicos el trailer y el opening, que me han sorprendido por su gran calidad en todos los aspectos y que os ofrezco en las ventanas de abajo.

Por supuesto, os avisaré convenientemente del estreno oficial. ¿Se me nota que estoy emocionado?




Trailer Cortometraje Messianica from messianica on Vimeo.


Opening Cortometraje Messianica from messianica on Vimeo.